¿Cómo conoció a Erin y cuál es su papel/trabajo ahora?
Conocí a Erin en agosto de 2018 aquí en Casa Adobe, la comunidad cristiana intencional donde aún vivo con mi familia en Costa Rica. Desde que nos conocimos conectamos muy bien, recuerdo que fue porque empezamos a lavar los platos de la cena juntas y ahí me enteré que su hermanito también tiene la misma condición de autismo que mi hijo, Tuti. Erin y yo nos convertimos en familia. Mis hijos la llaman tía Erin, ella y yo somos hermanas del alma. Incluso nos han dicho que parecemos hermanas de verdad.
Actualmente trabajo con la ONG que la misma comunidad, Casa Adobe, fundó con el mismo nombre, "Asociación Casa Adobe". Estoy a cargo del área de migración y refugio, y también superviso un nuevo proyecto en la frontera norte de Costa Rica que hemos llamado "Casa Esperanza" para brindar asistencia humanitaria y pastoral a los migrantes, además de asistencia al resto de la comunidad de ese pueblo fronterizo.
¿Cómo has experimentado su crecimiento en Cristo?
Erin es una mujer con un corazón muy noble, muy dedicada, desinteresada y servicial. Es muy inteligente, brillante, pero tan humilde que nunca hace alarde ni presume de ello, aunque también podría hacerlo. Es una mujer de profunda reflexión, con actitud de aprendizaje. Su carácter para mí, revela cómo está moldeada por Dios, porque en su forma de ser y vivir de ella se pueden ver los "frutos del Espíritu", como dice en el libro de Gálatas 5: 22-23.
¿Qué recuerdo tienes de Erin, uno en el que esté utilizando sus dones/siguiendo los pasos de Cristo?
Tengo tantas que es difícil elegir: las veces que me ayudó con las tareas domésticas para que yo pudiera descansar, cuando cuidó de mis hijos pequeños con tanta ternura para que yo pudiera centrarme en otras cosas, cuando me escuchó durante mucho tiempo y me reconfortó con su sola compañía y validó mis sentimientos porque me enfrentaba a momentos difíciles. Cuando generosamente nos dio dinero para superar crisis financieras. Y algo especial que hizo fue cuando visitó a mi familia en Lima, Perú, como una especie de mensajera mía porque me era imposible hacerlo y no había podido estar con mi madre y hermana por varios años, ella intencionalmente puso a mi familia en su agenda de viajes. Mi madre siempre la recuerda y hasta grabó un video con la canción que Erin le cantaba y tocaba con su ukelele, mi madre sintió como si tuviera otra hija.